- noviembre 20, 2023
- Posted by: amchambaq
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Teniendo en cuenta el contexto nacional, que se ve permeado por el internacional, la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, analiza los principales indicadores económicos del país que pueden sufrir un mayor retroceso si el aumento del salario mínimo es excesivo.
Inflación persiste alta
Recientemente, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, dio a conocer el dato de inflación para el mes de octubre que se registró en 10,48% en su variación anual y en 0,25% a nivel mensual. El indicador no está cediendo a los niveles esperados, por cuenta del aumento del precio de la gasolina, hecho que se espera continúe unos meses más. “La reducción en la inflación en octubre se debe principalmente a que en septiembre no hubo aumento en el precio de la gasolina. Así las cosas, las perspectivas para cumplir la meta de un IPC al cierre del año de 9,8% como planteó el Banco de la República, se complica cada vez más, teniendo en cuenta que en noviembre el aumento de combustibles fue encima del promedio y se anticipa que seguirá subiendo. Se suma el anunciado aumento en peajes para cubrir el hueco que quedó desde comienzo de año y sin mencionar la tensión que genera la expectativa del aumento del diésel en 2024”, declaró María Claudia Lacouture, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia.
“Es importante recordar que el salario mínimo, por norma Constitucional, tiene que aumentar, mínimo la inflación, no puede estar por debajo. Por eso, dentro de las variables a analizar en este proceso, y teniendo en cuenta que tenemos un IPC sobre niveles del 10%, lo más sensato sería un aumento mesurado teniendo en cuenta estas variables, pues no se puede desconocer que hay múltiples factores que están indexados a esta alza, como son el costo del transporte; los arriendos; servicios públicos, entre otros. Esto significa que lo que aumente el salario, aumentarán los mencionados, generando una mayor presión al bolsillo y no un incentivo o incremento real en el poder adquisitivo de los colombianos”, destacó la dirigente gremial.
La productividad estancada
A este componente se le suma el indicador de productividad, que hace parte de las variables a tener en cuenta para el alza del salario mínimo y que vemos un estancamiento. En 2020 fue de 0,73%, en 2021 llegó a 0,64%, y en 2022 quedó en 0,8%, según el DANE. Se espera que el índice pueda estar entre 1% y 1,5%; sin embargo, hay analistas que proyectan niveles poco superiores a 0%. Añadió que, “en productividad hay un largo camino por recorrer, los resultados demuestran que es urgente la inversión y sofisticación de los procesos corporativos y por eso, el incremento del salario mínimo debe garantizar que las empresas puedan seguir generando empleo formal y dándoles viabilidad para su funcionamiento”, afirmó.
PIB con bajos niveles de crecimiento
En el segundo trimestre de 2023, el Producto Interno Bruto, PIB, de la economía colombiana creció 0,3% frente a los niveles de 2022. “Se muestra una clara desaceleración económica. Para que la economía no entre en recesión se requiere, de manera urgente, de un plan de choque articulado entre sector público y privado para reactivar sectores como de la construcción que tiene una marcada caída, de comercio y reparación de vehículos e industria manufacturera que están en terreno negativo. Al mismo tiempo, las proyecciones de menores utilidades de Ecopetrol y la inestabilidad en las actividades de minas y canteras están generando una influencia importante en el crecimiento económico, por lo que también es indispensable avanzar en una transición energética de forma responsable y paulatina”, recordó la presidenta de AmCham Colombia.
De acuerdo con especialistas económicos, el PIB del tercer trimestre podría sorprender al alza. A pesar de los malos resultados en industria (34 de 39, muestran cifras de desaceleración o franca parálisis) y en su conjunto cae 4%; comercio (cae en más del 6%) y construcción, vivienda cae un 31%, la de interés social un 49%, obras civiles un 16% para el tercer trimestre, el aumento del gasto de funcionamiento del Gobierno Nacional en septiembre fue muy alto, elevando el PIB de la administración pública. El problema es que esta inversión se está dando por transferencias monetaria, que no quiere decir que sea negativo, sino que implica que no hay inversión productiva y la chequera no será suficiente para inyectarle dinamismo sustancial a la economía Colombia.
Generación de empleo a marcha lenta
En septiembre, la tasa de desempleo se ubicó en 9,3%, de acuerdo con cifras del DANE. Según el análisis de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, la desocupación se mantuvo estable en 9,3% entre agosto y septiembre, percibiéndose una menor generación de empleo. Mientras en agosto se crearon 1 millón de puestos de trabajo, en septiembre fue de 717 mil. Al mismo tiempo, se connota un aumento de informalidad de 0,2 p.p. a nivel intermensual ubicándose en 56,1%. “Cabe recordar que el crecimiento de Colombia se da en un 80% por el consumo de los hogares, el cual en un 73% proviene de los salarios que generan los empleos. Aunque estables, representan un llamado a buscar acciones que fomenten el desarrollo empresarial. Se debe, de manera inmediata, y de cara al nuevo año, poner en marcha políticas de estímulo a generar empleo formal y de calidad, en especial en jóvenes y mujeres. Para lo cual, es imperante que exista articulación entre el Gobierno Nacional y los nuevos mandatarios regionales con el propósito de establecer planes estratégicos, y con necesidad departamental, para fomentar la empleabilidad.”, señaló la presidenta de AmCham Colombia.
Comercio internacional en desaceleración
Entre enero y septiembre, las exportaciones de Colombia a todo el mundo se registraron en US$ 36.791,1 millones, presentando una desaceleración de 15,4% frente a los flujos del mismo periodo de 2022 de US$ 43.492,6 millones, de acuerdo con cifras del DANE. Las ventas minero-energéticas se han reducido 22% y las no minero-energéticas 7,4%. Hacia Estados Unidos, las ventas totales han caído 13,1% al pasar de US$ 11.334,3 millones entre enero y septiembre de 2022 a US$ 9.852,5 millones en el mismo tiempo de este año. La caída en las exportaciones responde a las menores ventas del sector minero-energético en -27,7% por el orden de US$ 4.034,6 millones. Por su parte, el sector no minero-energético muestra resiliencia, con crecimiento del 1,1% pasando de US$ 5,756,4 millones en los primeros nueve meses de 2022 a US$ 5.817,9 millones.
Las menores exportaciones a Estados Unidos obedecen a una menor demanda de ese país cuyas importaciones han caído 6% en todos los sectores. Sin embargo, a pesar de la reducción generalizada, nuestras exportaciones de bienes agroindustriales, en cifras preliminares, crecen 23,3% por valor de US$ 559,1 millones. “El positivo comportamiento de la agroindustria va en línea con el estudio que realizamos en AmCham Colombia en el que encontramos que este sector tiene el potencial de crecer en ventas hacia EE. UU. en hasta 250% en 4 años. Por lo que se requiere seguir impulsándolas, fortaleciendo la cultura exportadora y la competitividad empresarial, pues el mayor aprovechamiento de las oportunidades de comercio exterior pueden ser una alternativa para la generación de ingresos y crear empleo formal. Sin embargo, urge reactivación en todos los bienes exportables”, puntualizó.
Colombia y el mundo atraviesan escenarios desafiantes y de desaceleración económica, por lo que tomar decisiones sensatas y aterrizadas a los indicadores económicos contribuirá a apaciguar un año 2024 que se espera complejo.
“Con un 2024 retador, se hace indispensable hacer un llamado para que se haga un aumento del salario mínimo responsable. Un alza desmedida solo desincentivará la capacidad de generar empleo y, al tiempo, encarecerá el nivel de vida, por lo que se debe incentivar a las empresas a crear y mantener los empleos y continuar haciéndole frente a la formalización laboral. Este escenario debe ir acompañado de una política laboral más flexible, que abra espacio a nuevas modalidades de trabajo que se implementen de manera permanente. Desde AmCham Colombia reiteramos que un alza desproporcionada del salario mínimo pone en riesgo la competitividad empresarial y el crecimiento económico nacional”, puntualizó Lacouture.