- abril 22, 2025
- Posted by: amchambaq
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Con su escisión del Grupo Sura que, según su presidente, Jorge Mario Velásquez, no tiene nada qué ver con el proceso de las OPAS y la ‘pérdida’ de Nutresa, el conglomerado antioqueño abre una nueva etapa en su historia.
En la última Asamblea del Grupo Argos, que ratificó el fin de las participaciones cruzadas del conglomerado antioqueño y su filial Cementos Argos en el Grupo Sura, Jorge Mario Velasquez, presidente del ‘holding’ de infraestructura y materiales de construcción, se mostró visiblemente emocionado cuando los accionistas aprobaron el fin del llamado enroque.
“Lo viene para estas organizaciones y sus accionistas es muy potente”, dijo Velásquez a Forbes. “Esta Asamblea marca la culminación de un año trascendental para el Grupo, que tiene un futuro extraordinario”, dijo el directivo que empezó su carrera en Argos como practicante en 1986.
Recordó que cuando las empresas del Sindicato Antioqueño (hoy llamado Grupo Empresarial Antioqueño, GEA) decidieron establecer participaciones cruzadas y no controlantes en los años 70 lo hicieron con el propósito de impulsar su crecimiento, de la región y del país.
“Para esa época, en Antioquia ya había un arraigado espíritu emprendedor y un tejido empresarial forjado en la convicción de que no hay contradicción entre el progreso social y el éxito económico sino que por el contrario, están ligados y se potencian mutuamente”.
Sin embargo, cuando Jaime Gilinski lanzó varias ofertas públicas de adquisición (OPA) en noviembre de 2021 para obtener el control de Nutresa, dejó al descubierto las fisuras del enroque, que le permitieron al empresario caleño aprovechar la dispersión de la propiedad de las empresas del GEA y sus participaciones cruzadas para quedarse con la multilatina de alimentos.
Casi cuatro años después, Velásquez señala que el fin de las participaciones cruzadas no tiene nada qué ver con el proceso de las OPAS y la ‘pérdida’ de Nutresa. O que sea una reacción para evitar tomas hostiles a futuro.
“El origen de las participaciones cruzadas tenían un propósito, compartir una forma de hacer negocios que aprendimos todos, y tener unas participaciones en otras industrias”, dice este Ingeniero Civil de la Escuela de Ingeniería de Antioquia. “Cuando un inversionista en 1978 invertía en Argos simultáneamente lo hacía en Nutresa y en Suramericana, un conglomerado de alimentos y uno financiero, eso era muy importante desde la óptica de diversificación de riesgo”.
Sobre la pérdida de Nutresa, hoy en manos de Jaime Gilinski y sus socios árabes, Velásquez se niega a calificarla como tal.
“Desde la óptica del Grupo Argos lo que hicimos fue vender el 9% que teníamos en Nutresa, más un dinero que pusimos, y lo cambiamos por un acrecentamiento en la participación del Grupo Sura del 31% al 50%, más $2,5 billones de utilidad”, explicó a Forbes. “Para mí, no hay ninguna pérdida económica, todo lo contrario. Para Argos y los inversionistas, hay un acrecentamiento de valor enorme”.
También señaló que la vida tiene momentos. “Momentos para educarse, para permanecer y apoyarse en ciclos diferentes. Y también como pasa con los hijos cuando crecen y se van de la casa, creo que ese momento llegó. Entonces, el fin de las participaciones no es una reacción a que el hijo haya conseguido una novia; es un tránsito que, respetando mucho la emocionalidad que esto genera, lleva un mensaje de tranquilidad y de optimismo”.
Velásquez es enfático en que el mundo ha cambiado y el propósito que acompañó esas participaciones cruzadas ha perdido atractivo en los mercados.
“El hecho subyacente de que estas compañías queden totalmente democratizadas en su base accionaria, focalizadas en negocios de infraestructura Grupo Argos, y en servicios financieros el Grupo Sura, va a ser, en mi opinión, un catalizador de valor muy importante”, agregó.
Explicó que cada vez que hablan con inversionistas internacionales, lo primero que les dicen es que prefieren tener compañías claramente enfocadas en sus negocios, y no una mezcla de materiales de construcción y servicios financieros.
Lo que viene para el Grupo y sus accionistas
Desde el punto de vista práctico, cada accionista de Grupo Argos mantendrá sus acciones actuales en adición recibirá 0,23 acciones del Grupo Sura. Por su parte, cada accionista de Sura mantendrá sus acciones y recibirá 0,72 acciones del Grupo Argos por cada acción que tenía inicialmente.
“Lo que estamos haciendo es la entrega de una parte muy importante del patrimonio a los accionistas, que en valores contables equivale a unos $10,8 billones”, explicó. A la fecha, el Grupo Argos tiene 197 millones de acciones en el Grupo Sura, y éste 286 millones en el primero. Es lo que ha sido llamado el enroque o participaciones cruzadas entre compañías.
Y aunque Velásquez dijo que no puede anticipar la reacción del mercado, Cementos Argos, al tener una mayor visibilidad, podría aumentar la distribución de dividendos, lo cual, sumado a los programas de readquisición de acciones, permitirá una mejor formación en su precio.
“Una vez surtidas las aprobaciones correspondientes por la Superfinanciera, nos habilitará para seguir creciendo y generando valor con una estructura societaria más simple y especializada”, dijo el líder del conglomerado que, el año pasado, quintuplicó su utilidad neta hasta $7.6 billones.
El Ebitda de la firma creció un 28% hasta los $5.1 billones, mientras que la utilidad neta de la controladora se incrementó en un 396% hasta $4.5 billones. En términos de valorización, el portafolio de la empresa aumentó $4.3 billones frente a 2023.
“Los resultados de Grupo Argos en el 2024 son la sumatoria de décadas de trabajo que nos permitieron materializar un valor muy importante para los accionistas. La solidez, foco y posición de caja con la que iniciamos el 2025 nos entusiasman para soñar con el futuro de esta organización”, dijo Velásquez.
Con casi US $3.000 millones en caja, como resultado de la venta del 31% en Summit Materials a Quikrete Holdings, la junta directiva de Cementos Argos, el buque insignia del Grupo, empezó un proceso de análisis para definir el uso de dichos recursos.
“Seremos cuidadosos porque el propósito es continuar escribiendo la historia de crecimiento y generación de valor, que han llevado a este Grupo a ser el mayor inversionista colombiano en la primera economía del mundo”, explicó el directivo.
En un departamento que es considerado la cuna de las sociedades anónimas en el país, Velásquez recordó que la historia del Grupo ha sido de progreso, y está representada en compañías que, desde su creación, han pertenecido a una base democratizada de accionistas.
“Ellos entendieron que la asociación de pequeños capitales financieros podría configurar un capital social mucho mayor que la suma inicial de sus partes”, agregó. “La escisión se diseñó bajo principios fundamentales: garantizar la equidad para todos los accionistas y asegurar la eficiencia en términos financieros y tiempos de ejecución”.
Una vez consumado el fin de las participaciones cruzadas, que confirma el desenroque de las empresas del GEA, el Grupo Argos y sus filiales comienzan una nueva era que, aunque con desafíos, le darán más foco y una mejor posición para atraer nuevos inversionistas y capital adicional.
Tomado de: Forbes